Carta despedida: A la mejor mujer
Vuela
libre y no veas atrás, ya llegara el momento en el que nos volvamos
a ver y disfrutemos los días hablando, riendo, tomando un poco de
bebidas de las que tanto te gustan y comamos todos juntos, platicando
de cosas que nos hubiesen acaecido a lo largo de nuestros caminos.
Y
sera el tiempo el que nos haga entender que fuiste la mejor mujer, la
mejor amiga, la mejor madre y la mejor abuela que pudo a ver
existido. Por mi parte tendras a un hombre, a un hijo que pensara en
ti siempre y que jamas te olvidara, que a pesar de querer llorar tu
ausencia piense diferente y no vea razon para hacerlo, pues se que tu
jamas querrias que pasara eso.
Bien
dicen que los años no pasan en vano, y los años pasaron pero no en
vano convirtiendote en una persona sabia y amorosa, que perdona, que
se preocupaba ya no por ella sino por toda su familia, sin embargo tu
personalidad febril y tu instinto de madre cuidadosa, me hace pensar
lo feliz que me hiciste y lo feliz que me hacias, y de pronto se me
olvidan los cien años y tanto que viviste, que contemplaste un mundo
cambiante, y todas las personas que te querrian, porque no eran
pocas, ni tampoco era algo mas alejado de un poco, sino un buen
puñado de gente.
Mi
viejita hermosa, aun recuerdo esos bellos momentos que pasaba a tu
lado cuando niño, ¿Sabes? Aun recuerdo cuando me llevabas de la
mano al mercado, ahi tenias tu puesto donde vendías alcancillas y me
gustaba verlas dia a dia, y me preguntabas: ¿Mijito, tienes hambre?
Y te decia yo que si y me llevabas a comer una torta. Nunca te
olvidare. Viviras en mi corazon por siempre. Porque eres mi madre y
te quiero como tal. Te amo tanto.
Y
tus acciones valdran para siempre mas que mil palabras y el amor que
siempre te tuve vivira hasta el fin de mis dias y en el que mi
conciencia se una a la tuya.
Un
beso hasta donde sea que te encuentres.
D.E.P.
Esperanza
Moroyoqui Almada
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